Hace ya casi un año que Marujita y Sebastian llegaron al Barrio de Salamanca.

Vinieron cargados de ilusiones, proyectos, experiencia, libros… y muchas ganas de hacer bien las cosas. Nos cuentan que están felices en el barrio y que se sienten como en casa.

Y ahora que estamos en petit comité, os cuento lo que es un secreto a voces en el barrio, nos encanta que estén aquí.

Sus experiencias vividas en tres puntos muy distantes del planeta: España, Argentina y Méjico convierten «Marujita´s Kitchen» en un lugar muy especial.

La decoración del local,  la cocina en miniatura elaboradísima, el rincón de los libros de Maru, las fotografías de autor… Y el tarrito hermético que te llevas a casa en cuanto le dices a Maru que te vuelve loca su chimichurri, hace que nos sintamos como en casa.

Hace unos meses, el día de los enamorados, yo me enamoré de su Gin Tonic “Rojo Pasión”, y  ha sido mi Gin Tonic de las tardes de fútbol, apoyando a la selección española.

El día que lo conocí, me insinuó: ¿Crees en el amor a primera vista, o tengo que pasar por delante de ti  de nuevo?

No, no fue necesario que pasara por delante una segunda vez. Se presentó muy seductor y elegante,  me iluminó la vista y el olfato y me conquistó. Me resistí en un principio a descolocar su elegante y burbujeante estampa, pero al primer sorbito su estimulante sabor acidulado y aromático confirmó que me había enamorado. Lo preparan con licor de Cassis, un fruto rojo típicamente argentino, y os aseguro que su sola contemplación resulta ya placentera.

Desde el primer sorbo, una vieja melodía comenzó a sonar en mi cabeza: “Caballero de fina estampa, un lucero, que sonriera bajo un sombrero…”. Supongo que esa será siempre nuestra canción, como  todos los enamorados tienen la suya. ¡Fue un flechazo!

Cuando empezó la Eurocopa, recordé aquel amor de febrero y pensé que era la mejor manera de animar a nuestros campeones del mundo y de Europa.

Estos días, el rojo ha desatado pasiones. Y yo he pasado unas magnificas noches de fútbol, acompañada de los nervios de Sebastian y todos los que estábamos allí, con nuestro Gin Tonic. Anoche rematamos felices, con la victoria, estos emocionantes días de fútbol con nuestro Gin Tonic en la mano. Todos cantábamos «campeones, campeones…» y celebrábamos muy felices esta victoria.

Nuestra historia comenzó aquel 14 de febrero, y para mí siempre mantendrá el nombre con el que yo lo conocí: ¡El  “SanValenGin”!